28 de junio de 2015

Voracidad

Después de comprar medio galón de Whisky barato, arribamos al lugar tan temprano como nos pareció adecuado. Luego vinieron ellos a saludarnos, entonces "ella" expresó su confusión echándome en cara lo mucho que había estado evitandola. Una vez dentro estuve contra del orden de la sillas, tal como imaginé quedé al filo de la mesa con la botella de un lado y un enfado de lo más ridículo. Entre tragos me dieron las ganas de lanzar terribles pasos dentro de la multitud, pero antes bebí alcohol creyendo que retornaría mi alegría para hacerme capaz de encararla. Unos minutos después intercambiamos una conversación simple que pretendía ser aperitivo de lo siguiente pero que no fue más que una advertencia. Luego, vino la borrachera que esa porquería para sacar lo mejor: valor y estupidez en un mescla que es peligrosa e infantil.

Hallándola en soledad busqué retomar lo que antes habíamos abandonado, pero las tonterías que le dije no hicieron sonreírla. Al darme cuenta de mi fracaso y en acto desesperado por conseguir su afecto, le bese con una mueca desbaratada. Ella bien comprendió mi estado pero no consintió tolerarlo, por lo que agitó su mano para remover el aroma etílico. Yo avergonzado por la actitud tan grosera con me dirigí hacia "ella", deje que se marchara y evite verla de nuevo a los ojos. En la mesa, su amiga me sugirió que me conformara con que "ella" fuese mi amiga, puesto que eso ya estaba más perdido que nada. 

Aquello me tiene sin importancia porque más tarde las cosas se volvieron peores: perdí todas mis pertenencias e incluso desapareció el alcohol que antes había añorado conservar para mitigar mi soledad. Para recuperar a mi colega que se encontraba en el fondo moribundo de la embriaguez, tuve que enfrentarme al “cadenero” que protegía la entrada por lo que bien me lleve unas patadas a casa. En la mañana caminamos acompañados de la resaca por la carretera hasta conseguir llegar a la comunidad más cercana. Los días no vividos vienen por venganza si los desperdicias. Pero ella es una tormenta eléctrica que solo viene en verano para arruinarme el rato y luego, huir a otra parte donde hará otro desastre.






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